Es curioso ver como a cada rato me salen una y otra vez artículos de revistas especializadas con títulos como “no te alcanza el dinero, Emprende y gana dinero sin dejar tu trabajo” o el típico “10 cosas que te volverán un emprendedor exitoso” como si con seguir los puntos de ese checklist todo funcionará a la perfección y tendrás resueltos todos los aspectos de tu negocio.
En efecto el positivismo es clave para que una idea de negocio logre volverse un negocio rentable, pero desafortunadamente tenemos que hacer un reality check muy cabrón antes!
No todo se resuelve con pensamientos positivos, eso es solo el inicio, en efecto no se nos debe cerrar el mundo, pero ¿y lo demás? La pro-actividad del emprendedor es básica, la investigación y análisis de información fundamental para lograr “conectar los puntos” y que la ecuación dé un resultado favorable.

Esto quiere decir que
habrá muchos momentos en los que quieras aventar la toalla, sobretodo cuando
todo mundo te confirme que deberán de pasar un par de años trabajando duro, de
gran esfuerzo y sobretodo de inversión y grandes sacrificios personales antes
de poder recibir “ganancias” de todo lo generado.
El mercado te empezará a decir que es lo que quiere y más
importante, te dirá que es lo que no quiere, será fácil darte cuenta de esto
con todas esas prendas súper trendy y dignas de editorial de revista de alta
gama que se quedarán guardadas en tu closet o rebajadas hasta una fracción del
seguramente exorbitante precio que les habías puesto porque “tu trabajo
vale”, ahí te darás cuenta que solo vale eso para ti, porque para el
mercado no. Y eso sin mencionar la infinidad de veces que escucharás la ya
famosa frase bazarera “Mira! que padre esta!” y que así como el
cliente lo agarro lo volverá a dejar donde estaba sin tu entender porque no lo compro
si dijo que estaba padre, indicando con esto que seguramente el producto se le
hizo raro, diferente o llamativo pero cero usable.
Te encontrarás en situaciones incómodas, donde tendrás que
exponerte y a tu marca al escrutinio comercial, donde “expertos en
moda” nublaran tu vista diciéndote lo maravillosa que está tu colección y
posteriormente veras tus ilusiones destrozadas cuando el dueño de una boutique
quiera solo a consignación (si se vende se te paga) 2 o 3 prendas de tu
colección de 25 prendas distintas y además te diga que ese producto lo necesita
en 4 colores que ni siquiera tenias contemplados en la colección, porque eso es
lo que se le vende.

Y ya ni entremos
en la cuestión de la cobranza, la pena y el bochorno por tener que hablar con tu
cliente para que te pague lo que te debe hace más de un mes y la desilusión que
le antecede debido a que confiaste que no necesitarías estarle recordando que
te pague porque “es lo justo que te pague lo que ya se vendió”.
Pero relax, no todo es malo, me atrevo a decir que una de las
mayores satisfacciones es ver a alguien desconocido portar una de tus prendas
en la calle, eso me dice que sin conocerme le gusto la prenda que fabrique, es
un sentimiento en verdad muy gratificante.
Ahora bien, algo que debe quedar muy claro es que altibajos
siempre habrá, situaciones que resolver también, pero depende de ti no
rendirte, seguir aprendiendo, ganando experiencia y de esta manera continuar
vigente para tu mercado.
Este no es el típico articulo motivacional del emprendedor, por el
contrario es una manera de que entiendan aquellos que se desean aventurar a
emprender en moda a una milésima fracción de lo que deberán enfrentarse y si
logran salir airosos de la cruzada, felicidades seguramente lograrán trascender
en esta industria.
