Tules, encajes bordados y texturas se preparan para el otoño
Negro, Blanco, dorado, plata, burgundy… pero, sobre todo, las transparencias prometen una nota de sensualidad a las noches de otoño. Nuestra piel se integra como nunca antes al diseño en una de las temporadas más seductoras y provocativas.
Las siluetas se definen en ajustadas líneas que contrastan con el movimiento y el poder translúcido del encaje y las notas lenceras. Sedas, satenes, el tul negro y los calados llegan con un alto vuelo de elegancia en propuestas como la de Stella McCartney. Miéntras, los escotes palabra de honor se cubren de encaje y tules bordados en un delicado juego de texturas y piel que nos traen nombres icónicos de las Casas Dior y Chanel a Monique Lhuillier.
Pero todo no se queda en los volúmenes y las sutileza de un vestido de gala. Gianfranco Ferré, Louis Vuitton y Salvatore Ferragamo deciden jugar con la feminidad que subyace en la estética andrógina con una visión urbana, algún guiño retro y una espectacular y ultra sexy reinterpretación del estilo working girl.
Redacción Vogue